Orquideario

Las orquídeas son una flor extremadamente compleja, y en esa complejidad vemos simetría, composición y diversidad. Tras estudiar las condiciones específicas para su crecimiento, comprendemos la necesidad de crear un microclima basado en una luz difusa, un flujo de viento adecuado, suelos permeables y el contacto con materiales naturales. Para ello, creamos una topografía excavada de piedra y arena, que no sólo reproduce el ambiente húmedo adecuado para el cultivo de orquídeas, sino que permite una experiencia espacial única protegida del exterior, pero en contacto visual con él.

Reflejando la simetría de las orquídeas, el pabellón crea una cubierta de luz fina que organiza el espacio. Las orquídeas pueden colgar de la estructura o colocarse con corteza de madera sobre el talud de los muros de piedra que contienen la excavación, los cuales proponen diferentes usos a la vez que construyen un espacio unitario. El espacio es lo suficientemente fluido como para permitir un conjunto diverso de disposiciones de mobiliario, así como la posibilidad de colocar paneles entre las columnas.

Desde el punto de vista constructivo, la estructura y sus uniones atadas se relacionan con las construcciones de madera de la zona de Oaxaca; su sencillez se contrapone a la complejidad de las orquídeas. La atmósfera contenida del pabellón crea un contraste radical con el vasto paisaje del mar, complementa las otras construcciones existentes, y enriquece el programa educativo y comunitario del complejo.